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lunes, 7 de diciembre de 2009

Los nuevos gigantes



Durante los últimos tiempos el fútbol argentino ha sido testigo de un proceso que virtualmente ha terminado por borrar las fronteras entre los denominados equipos grandes y los equipos chicos. En este contexto, Lanús, Estudiantes y Vélez Sarsfield han dado el salto de calidad necesario como para hacerse un lugar entre los equipos que históricamente monopolizaron el fútbol argentino. Basándose en un correcto, austero y eficaz manejo de sus recursos, en la constancia del trabajo de todos los días y en una fuerte identificación con el club, los dirigentes de estas tres instituciones han logrado traducir en resultados deportivos toda una serie de buenas políticas de gestión y se han metido en la conversación de los grandes.

No se trata de llenarse la boca hablando o de conseguir algún campeonato que pueda alivianar las presiones de los hinchas. Estos tres clubes han delineado sus políticas estableciendo pautas claras y objetivos a largo plazo. Sus dirigentes, que son perfectos desconocidos para el común de la gente, hablan poco y hacen mucho. “Nosotros le damos prioridad a un determinado proyecto de club; más allá de lo difícil que significa esto en los clubes de la Argentina, o en la Argentina misma – dice el abogado Alejandro Marón, presidente de Lanús-. Yo creo que el fenómeno Lanús tiene su explicación, de manera muy sintética, en el concepto de proyecto”. De una forma similar se expresa el doctor Rubén Filipas, quien asumió en septiembre de 2008 la presidencia de Estudiantes de la Plata: “Nuestro club tiene una línea definida que viene llevando adelante desde hace varios años; han pasado muchos dirigentes y todos pensamos que el club es distinto, que tiene cosas que nos diferencian del resto y que tarde o temprano eso iba a dar sus frutos”. En línea con esto, el vicepresidente de Vélez Sarsfield, Miguel Calello, dice: “Para ser dirigente hay que tener 3 cosas: coherencia, honestidad y trabajo. Si uno realmente quiere ser dirigente tiene que tener en claro que al club hay que vivirlo, y tener en cuenta que no es únicamente un club de futbol, sino que los problemas surgen por muchos lados”.

Los tres son clubes ordenados en lo financiero y prolíficos en lo futbolístico, que han entendido que potenciar a sus juveniles es el negocio más rentable. No los tapan con jugadores de renombre y sueldos altísimos, sino que han logrado armonizar a los chicos de inferiores con los jugadores de afuera, a los que muchas veces incorporan para potenciar el todo. Una vez que los juveniles han explotado y le han dado gloria deportiva al club, los transfieren para ingresar un dinero importante a la institución. Los ejemplos de Mauro Zárate, Lautaro Acosta y Mariano Pavone son los más claros cuando se habla de estos equipos.
Los campeonatos de Vélez de 2005 y 2009, el de Lanús de 2007, el Apertura de Estudiantes de 2006 y la Copa Libertadores de 2009 demuestran que los diferentes proyectos de estas tres instituciones no han sido simplemente palabras. Han coronado una forma de ser y de entender la realidad con logros deportivos que muestran que ése es el camino a seguir.

Hoy se han engrandecido y les pelean de igual a igual a los cinco grandes el reparto de dinero de la televisación de los partidos, alegando –con justa razón si se quiere- los méritos deportivos de unos y los desméritos de otros. Pelean campeonatos, seducen a jugadores de primer nivel desde los resultados y desde un proyecto institucional claro, y poco a poco, comienzan a arrebatarles a los clásicos equipos de la Argentina sus lugares de privilegio en el ámbito internacional. Sin ir más lejos, es muy posible que la Copa Libertadores de 2010 no cuente ni con Boca, ni con River, ni con Independiente, San Lorenzo o Racing entre sus participantes, pero sí con Estudiantes, Lanús y Vélez. Toda una radiografía de los tiempos que corren.

lunes, 19 de octubre de 2009

Al otro día



  El post partido de Argentina-Uruguay fue un anillo que mejor calzó en el dedo de aquellos que hacen de la prédica del fútbol su trabajo de todos los dias. Condimentos no faltaban: Por un lado la Selección, si bien se volvía de su aventura en el Centenario con el objetivo cumplido del pasaje directo a Sudáfrica 2010, había vuelto a jugar un partido pobre; por otra parte, Lionel Messi, la comidilla predilecta del argentino medio, se encontró nuevamente incomodo en la cancha y deambuló por tierras uruguayas como quien carga una pesada mochila en sus espaldas. Para colmo no canta el himno y es medido en los festejos de los goles, razones suficientes para que los puristas del argentinismo lo estigmaticen y le reclamen eso que muchas veces indulta a los que no juegan a nada: Huevos.

  Sin embargo los reflectores se los llevó el DT del seleccionado argentino: Diego Armando Maradona. Su pedido de festín oral a los periodistas fue la gota que definitivamente ahogó al debate futbolero clásico. El hecho de que la selección haya clasificado en cuarto lugar, penando por hacerse un lugar en la elíte mundial de la pelota, desapareció tan rápidamente como desaparecen los hechos de inseguridad de las portadas de los diarios cuando el Congreso debate una ley importante para algún sector de poder.

  Al otro dia muy pocos analizaron el cambio de Di María por Monzón (con el sello bilardista marcado a fuego) o el ingreso de mister tiki tiki, Mario Bolatti, un número 5 de juego, por Gonzalo Higuaín, la única referencia de area que tenía el equipo argentino. Y muy pocos repararon en que Maradona reemplazó a Lionel Messi, uno de sus intocables, por Carlos Tevez. No. Todas esas aristas quedaron opacadas por un pedido de sexo oral.

  Al otro dia Crónica le preguntaba en la calle Florida a señoras muy bien maquilladas que pensaban de los dichos de Diego; America y el diario La Nación presentaban encuestas muy creibles en donde casi un 90% de la gente decía que Maradona debía renunciar a la selección, y variopintos personajes muy alejados de la órbita fútbol, como Chiche Gelblung, se indignaban en cámara.

  Al otro dia Juan Carlos Passman, aquel periodista que acusó lisa y llanamente al DT de no trabajar y de llegar al predio cerca del mediodía, era ungido como el primer mártir periodistico de la era maradoniania. Un ejemplo de la profesión que tuvo que luchar contra las vicisitudes del "loquito" que está al frente del seleccionado.

  Al otro día políticos opositores y jerarcas de los medios de comunicación veían la posibilidad de reflotar el apoyo explicito que le brindó Maradona a la estatización de los derechos del fútbol para atacar al gobierno y a la AFA. Todo vale en el amor y la guerra, dicen.

  Al otro día se exacerbó lo malo -que ciertamente existío- y se olvidó lo bueno. En medio del enrriedo, la furiosa diatriba dejó entrever un sinfín de intereses diversos que hicieron de las declamaciones del DT la señal perfecta para entrar en acción. Allí se mezcló todo: la politica y la pelota. Y a las pocas horas el hecho deportivo en sí era simplemente una anecdota de color.

  Al otro dia, el juego, su analisis puro y toda su belleza, quedaron opacados por todo lo que lo rodea. A fin de cuentas, la clasificación de la Argentina para otro Mundial, era en definitiva, lo que menos importaba.

lunes, 12 de octubre de 2009

Una abundancia que desorienta


Víctima de un puesto que puede poner en juego su corona, Diego Armando Maradona transita las horas más importantes de su corta carrera como DT de la Argentina. En un momento donde de sus decisiones depende –en gran parte- el futuro del seleccionado argentino, y el suyo propio como técnico e ídolo, su inexperiencia en el cargo amenaza con cortarle las piernas y truncar su sueño mundialista.  

Hasta hace unos meses todos eran de Huracán. Tal vez porque Ángel Cappa representaba –y lo sigue haciendo- el estereotipo de un héroe romántico, con algo de rebelde y revolucionario, que levantaba la bandera de la estética futbolística y el pase como método, y no como lujo innecesario, en un medio que se hunde cada vez más en la mediocridad, víctima de un resultadísmo feroz. O tal vez ese Huracán, modesto embajador de Parque Patricios devenido en el equipo de todo un país, generaba simpatías por la misma lógica por la cual se alienta a un ignoto número 200 del mundo frente al monumental Roger Federer: el triunfo de los más débiles. O quizás sólo jugaba muy bien, como si fuera de otra época. Huracán, de la mano de su sanguíneo entrenador y con un plantel acotado en nombres –en la previa- propuso un virtual túnel del tiempo a aquellas épocas donde todavía los arqueros usaban boina y la familia iba toda junta a la cancha. Al equipo donde brillaban Javier Pastore y Matías De Federico no le sobraba plantel ni posibilidades, pero tenía una idea clara.

Sin embargo la historia contará que el Globo no ganó y que el Tiki Tiki fue solamente un fenómeno efímero, el último embate desesperado de una filosofía en decadencia, a la que se la han devorado palabras como “equilibrio” y “huevos”. Porque la historia la escriben los que perduran, y el Vélez de Ricardo Gareca, un gran equipo pero con una visión de juego diametralmente distinta, hoy es sensación, mientras que el Huracán de Ángel Cappa mira a todos desde abajo, víctima del saqueo de sus figuras. A veces donde hay ideas claras, no hay exponentes. Pero si hay algo que logró ese Huracán fue reafirmar que donde existe una idea que funcione como hilo conductor, existe lo esencial, algo que la carencia muchas veces no puede soslayar. 

Desde que se hizo cargo de la Selección Argentina, Diego Armando Maradona realizó 11 convocatorias, entre amistosos internacionales y partidos por las Eliminatorias Sudamericanas. En total citó a 80 jugadores: 7 arqueros, 24 defensores, 30 volantes y 19 delanteros. Le volvió a dar oportunidades en el equipo mayor a jugadores que parecían fuera de cualquier consideración, como  Martín Palermo o, recientemente, Pablo Aimar, y varió la táctica como quien cambia de camiseta, pasando del clásico 4-3-1-2, con enganche definido, al 4-4-2, con doble cinco y dos carrileros. Nombró a Javier Mascherano como su capitán, bendijo a Lionel Messi como “su” Maradona y absolvió a Juan Sebastián Verón con la titularidad indiscutida.

Sin embargo la selección nunca encontró una línea de juego, y cuando los resultados dejaron de acompañar, cayó en un pozo que pone en duda su presencia en el Mundial de Sudáfrica 2010. A días de los dos partidos decisivos con Perú y Uruguay, la abundancia de jugadores que dispone para armar el primer equipo parece haber desorientado al seleccionador nacional, como se desorienta un glotón en un tenedor libre: quiere comer de todo y tanta cantidad, que termina parado frente a la parrilla pensando durante horas.

Resulta curioso como funciona la mente de la mayoría de las personas. Pareciera carecer de la alarma que avisa cuando es suficiente; ese filtro que permite diferenciar lo conveniente de lo estéril. Diego, cuya mente funciona al igual que la de cualquiera, por el simple hecho de que es un ser humano -aunque muchos medios hayan querido hacer creer lo contrario-, nunca encontró el equipo por el simple hecho de que él mismo aún no se encuentra. Vaga perdido en la abundancia de los nombres que tiene a disposición el Director Técnico de un seleccionado argentino.

En el desorden que genera esta abundancia se puede encontrar la solución a todos los problemas del seleccionado. Ella fue la que llevó a Maradona a querer agolpar en el ataque a, posiblemente, los tres mejores delanteros argentinos que existen -Messi, Agüero y Tevez-, sin entender ni por un segundo que ellos no se complementaban, sino que se superponían. La misma abundancia lo forzó a situar a Fernando Gago por la derecha, un puesto que no siente, para darle el centro de la cancha en soledad a Mascherano. Y finalmente, fue la que lo hizo probar arquero tras arquero, como quien llena el paño de la ruleta esperando que, por algún golpe de la suerte, un número lo convierta en millonario. Quien se pierde en esa abundancia se maneja con la lógica de que a mayor porcentaje de calidad individual dentro de una cancha, mejores serán los resultados del equipo. Y esto no siempre es así: los famosos “Galácticos” del Real Madrid son el ejemplo más fresco y vigente.   

Sin ánimo de caer en comparaciones odiosas o en antagonismos sin sentido –esos que son tan comunes en el mundillo de la pelota-, Marcelo Bielsa es el ejemplo de un técnico al que nunca lo abrumó la abundancia ni se sintió perdido en ella. Mucho habrá para achacarle al nuevo prócer trasandino, pero si hay algo que tenía en claro era su idea futbolística y nunca permitió que la infernal cantidad de nombres que tenía a su disposición lo apartaran de esa idea. Tanto es así que en su esquema Juan Román Riquelme no tenía lugar, ni había espacio para que Gabriel Batistuta y Hernán Crespo jugasen juntos.  

El Diego DT deberá repensar su estrategia al frente del seleccionado argentino. Tendrá que entender que con 3 días de trabajo antes de cada partido no podrá formar un equipo agolpando jugadores en posiciones que no sienten. Es imperativo que encuentre su idea original, esa que le permita delinear un plan de acción, para luego de eso -y solo luego de eso- poder decidirse por los intérpretes.

El Huracán de Ángel Cappa ya dio muestras de que una idea y una filosofía pueden vencer a la carencia. Si Diego no logra esto estará condenado a repetir la historia de aquel que entró al tenedor libre más famoso de la ciudad con el objetivo de comer cuanta cosa encontrara, pero se vio tan abrumado por las posibilidades que simplemente probó un choripán y un pedacito de vacío.  

viernes, 25 de septiembre de 2009

¿Quién quiere ser millonario?


Las elecciones del próximo 5 de diciembre, en el Club Atlético River Plate, se vislumbran como la única luz de esperanza en el horizonte oscuro y cada vez más tempestuoso de la entidad de Nuñez. Socios e hinchas, resignados al insoportable peso del presente, se aferran a la esperanza de que los comicios sean el golpe de timón que el club necesita para salir del pronunciado pozo en el que se encuentra y modifiquen una situación que se ha tornado insostenible.

20 de diciembre de 2001. Envueltos en euforia miles de hinchas de River Plate, el club históricamente más ganador de la Republica Argentina, saludan la renovación política que llega de la mano de un joven abogado que días atrás había ganado las elecciones: José María Aguilar. Eran épocas estables y de fútbol vistoso, en las que para ir a jugar al Monumental y aspirar a ganar, había que rogar que el equipo de Núñez se hubiera levantado con el pie izquierdo.

Atrás quedaba una década del ´90 plagada de títulos, época que le valió el calificativo de Campeón de Siglo. Dos tricampeonatos y un campeonato invicto con Ariel Ortega como figura descollante y ya que sacaba chapa de ídolo eterno. Sin embargo sería la Copa Libertadores de 1996, de la mano de un Enzo Francescoli que coronó su eterno principado, y con un Hernán Crespo picante y goleador, el punto cúlmine de un tiempo brillante. River obtenía por segunda vez en su historia el máximo trofeo continental luego del triunfo 2-0 ante América de Cali. Bajo una lluvia de papelitos y con el pasaje a Japón en mano, comenzaba también el eterno idilio de los hinchas con Ramón Díaz, el DT que devolvía al equipo de Núñez al plano internacional.

En este contexto la llegada de Aguilar al poder tenía un significado especial: suponía el advenimiento de una nueva era en la que jóvenes dirigentes, profesionales o empresarios aggiornados a los nuevos tiempos, suplantaban a la vieja guardia que en River conformaban nombres como Alfredo Davicce y David Pintado. De esta manera se emulaba a lo hecho por Boca Juniors años atrás, cuando el empresario – hoy jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires- Mauricio Macri, desbancaba al eterno dirigente xeneixe Antonio Alegre y asumía la presidencia del club de la ribera. De cara al nuevo milenio, River, más ganador que nunca y con un semillero que seguía regando de fútbol las canchas de Argentina y el mundo, se reformaba para profundizar el cambio.

20 de septiembre de 2009. River es un caos en todo sentido. La reciente derrota con Arsenal por 1-0 pone por enésima vez en la cuerda floja a Néstor Gorosito, el técnico gasolero que el todavía presidente Aguilar contrató por sus bajas aspiraciones económicas y su condición de hombre de la casa. Rehén de un puesto con el que soñó toda su vida, Pipo mira para adelante, más precisamente al 5 de diciembre, como quien mira hacia el día de su juicio, porque bien sabe que las elecciones en River le ponen fin a su vida como entrenador del club de Núñez. Junto a él miran casi todos los hinchas, también rehenes, pero en este caso de su propio sentimiento. Miran preguntándose cuando acabará esta pesadilla que los llevó del Olimpo al último lugar de la tabla, de la veneración a tirarles maíz a sus propios jugadores, que descapitalizó el semillero del mundo y que convirtió a los violentos en patrones con sueldos millonarios, y al campeón del siglo en un equipito. Todo en menos de 10 años.

Antonio Caselli, Rodolfo D´Onofrio y Carlos Ávila –el mismo que tuvo la idea original de Torneos y Competencias- son hoy los José María Aguilar de ayer. En ellos descansa la esperanza de una renovación que encabece el cambio que tan desesperadamente River necesita. No son los únicos candidatos que el 5 de diciembre pugnarán por la presidencia del club de Nuñez, claro está, porque River es desde hace muchos años, el club más politizado de la Argentina. Pero sí son hoy los que cuentan con mayor intención de voto entre los más de 13 que se presentan. A sus candidaturas las unen esa esperanza de los hinchas y una serie de aristas polémicas que quedan a la vista cuando se ahonda un poco en ellas.

Antonio Caselli es el Embajador de la Soberana y Militar Orden de Malta en la República Argentina, una orden religiosa católica fundada en Jerusalem, en el siglo XI, por comerciantes amalfitanos. Italo-argentino e hijo de Esteban Caselli, el acaudalado ex embajador de Carlos Menem ante el Vaticano, Antonio intentó ingresar en la vida política del país gobernado por Silvio Berlusconi postulándose como senador. En la bajada de la autopista Lugones, el mismo lugar donde hoy se encuentran sus afiches de campaña de River, estaban anteriormente los que lo proponían como la mejor opción para el Parlamento italiano.

Curiosamente por tratarse de un candidato que se dice opositor, Caselli ha formado parte de la actual Comisión Directiva de River, con el puesto de vocal titular, y según la sección “Autoridades” del sitio web oficial del club, aún lo sigue haciendo. Porque en la página del candidato ( www.antoniocaselli2009.com) se destaca que “El 17 de diciembre Antonio Caselli asume como vocal titular de la Comisión Directiva de River Plate y renuncia pocos meses después a la secretaría de actas del club por diferencias con la dirigencia”.

Los críticos de Caselli lo acusan de no tener el conocimiento necesario de River como para ser presidente del club y denuncian que algunos de sus proyectos –como la reforma del estadio Monumental- son extravagantes e imposibles. Pero como ya se ha visto en política en los últimos tiempos, el dinero todo lo puede; las malas lenguas dicen que Caselli estaría dispuesto a invertir hasta 4 millones de dólares en su campaña.

Rodolfo D`Onofrio, por su parte, es también un candidato opositor que forma parte del actual gobierno de River con el puesto de vocal titular. Sin embargo, en su caso sus asesores se han preocupado por destacar en su página web que pertenece a la facción opositora a José María Aguilar dentro la Comisión Directiva.

Hombre del riñón de Mario Israel, actual secretario de River Plate, D´Onofrio es el Presidente de la Caja ART, de Conprefin (Consultora Previsional y Financiera) y de La Estrella Compañía de Seguros de Retiro. También es el hijo del ex interventor de la AFA durante la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse y el candidato - después de Caselli- que más dinero gastó hasta el momento en la campaña. Sus críticos destacan que es el “más oficialista” de los candidatos opositores, y hoy por hoy, en River, una acusación como esa puede ser la que dilapide las aspiraciones presidenciales del vocal.

El tren de los 3 con más posibilidades de llegar a la presidencia lo completa Carlos Ávila. Su caso tiene bastante similitud con el de Aguilar en el 2001, porque en la previa es visto como un empresario con aires de renovador y que nunca ha tenido nexos con la actual dirigencia, algo muy valorado por el hincha. En la encuesta que lleva a cabo uno de los blogs más importantes dedicados a los comicios en River, www.encuestariverplatense.blogspot.com, Ávila viene primero cómodo, con 350 votos sobre un total de 1360.

Sin embargo su relación pasada con el presidente de AFA, Julio Humberto Grondona, pareciera ser el único punto que le juega en contra. Mientras muchos candidatos se preocupan por destacar su honestidad, Ávila no puede negar sus nexos pasados con el señor del anillo, figura oscura dentro del universo fútbol si las hay.

5 de diciembre de 2009. El hincha de River se vuelve a levantar renovado, sentimiento que no vivenciaba desde hacía mucho tiempo. Sabe que se enfrenta al día que los almanaques han signado para que se convierta en un nuevo punto de partida y lo ha esperado casi desde siempre. Desayuna liviano y parte hacia el club con la esperanza como bandera. Después de años de aguilarismo, finalmente llegó el día en el que nuevamente todos quieren ser millonarios.